Innovación y emprendimiento

18.Feb.2020

Las 9 características de una persona emprendedora

  • Impact Hub Madrid
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Los estímulos para poner en marcha una empresa son muy variados. Sin embargo, las características que acompañan a las personas emprendedoras son comunes independientemente de la motivación que les ha llevado a emprender.
El emprendedor nace o se hace post blog feb 2020

La tasa de actividad emprendedora (TEA) no deja de crecer en España, según el ‘Informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) España 2018-19' . Las mujeres emprenden más que los hombres, aunque tienen más problemas para conseguir financiación.

Se está perdiendo el miedo a emprender, pero los motivos para decidir poner en marcha una empresa propia varían notablemente de unas personas a otras: hay quien tiene una idea de negocio y se lanza a llevarla a cabo porque cree en ella y dispone de ese espíritu emprendedor tan laureado; y hay quien medita la decisión concienzudamente y emprende como una salida más a la crisis laboral o a la falta de conciliación profesional y personal.

Sea como fuere, los emprendedores comparten algunas características entre sí.

La Comisión Europea definió la iniciativa emprendedora como “la propensión a inducir cambios en uno mismo, la capacidad de aceptar y apoyar la innovación provocada por factores externos, de dar la bienvenida al cambio, de asumir la responsabilidad por las propias acciones (sean positivas o negativas), de terminar lo que se empieza, de saber en qué dirección se está yendo, de establecer objetivos y cumplirlos y de tener la motivación necesaria para el éxito”.

Después de consultar con organizaciones de todo el mundo e investigar en esta línea*, estos son los rasgos que hemos identificado como comunes a todos los emprendedores:

Tienen motivación y energía: los emprendedores trabajan duro y tienen una gran motivación interna que los lleva hacia la consecución de sus objetivos. Suelen tener un aliciente más profundo que el mero enriquecimiento personal que tiene que ver con cambiar el mundo y realizar actividades que realmente tengan un impacto en su entorno y en la sociedad.

Ejecución: los emprendedores son tenaces en la ejecución de sus planes, tratando de conseguir los resultados deseados. Son capaces de establecer objetivos y cumplirlos en tiempo y forma acordada.

Tienen integridad: los buenos emprendedores asumen la responsabilidad de sus propias acciones y lideran a través de sus valores, tratando que todos los agentes involucrados ganen con el proyecto.

Son curiosos: cuestionan cada paso que dan y aprenden en el proceso. Todo les supone una fuente de aprendizaje. Están a favor de la innovación abierta, de aprender, compartir y conectar.

Son listos, ya que saben jugar sus cartas. La escucha activa es una de las grandes armas de los emprendedores. Atienden a sus clientes y a personas con experiencia, son capaces de elegir entre opiniones que compiten entre sí y saben cómo proceder o cambiar el curso de la acción.

Son humildes: la humildad es una característica fundamental que les ayuda a asumir errores y aprender de los fracasos. Beneficia al emprendedor como persona y que le favorece para su propio crecimiento personal.

Son creativos e ingeniosos: el emprendimiento es una fuente constante de cambio. A menudo, los emprendedores tienen recursos y tiempo limitados, por lo que tratan de llegar a soluciones creativas de la manera más innovadora y flexible. Tienen ingenio para surfear el caos y tratar de llegar a la solución correcta a través de la prueba y el error.

Van hacia adelante sin miedo: hay una cita famosa de Mike Tyson que dice: “Todo el mundo tiene un plan hasta que le dan en la cara”. El emprendimiento trata de perseverancia y de adaptación hasta que el mercado dice NO o hasta que se encuentra el éxito. Los buenos emprendedores muestran un equilibrio de este rasgo con la humildad. Son personas que dentro de su organización tampoco tienen miedo a comentar e intercambiar opiniones y son capaces de hablar de temas embarazosos en sus reuniones de equipo, contradiciendo el concepto de “The elephant in the room”, una metáfora para hablar de problemas o tabúes abiertamente, como si hubiese un elefante en la sala pero nadie hablara de él.

Son autocríticos: aprenden de sus errores y saben cuándo se han equivocado. Consideran que sus deslices y desaciertos son necesarios para seguir avanzando. Comparten sus fallos y piden feedback, para que todos salgan reforzados de la situación.

Se nazca emprendedor o se vea abocado a serlo confluye, como hemos visto, en compartir unas características similares. Tener unos rasgos de carácter comunes permite a estos individuos englobarles dentro de una categoría humana que no solo denota calidad profesional, sino que indica una forma de ser intrínseca que les permite enfrentarse a la vida con una actitud determinada optimista, generosa y fuerte.

*Extracto de la guía Servicios de pre-incubación e incubación de negocios, elaborada por Impact Hub con financiación de Impact Hub Network y el Banco Interamericano de Desarrollo.

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